Los trabajadores autónomos no tienen derecho a la acción contributiva por desempleo, es decir, al subsidio del Servicio Público Empleo Estatal (SEPE). Sin embargo, sí tienen acceso al cese de actividad, una especie de prestación a la que Hacienda acaba de destinar una nueva inyección de crédito de 1,6 millones de euros, además del gasto destinado para ello en los Presupuestos Generales del Estado 2023.
Según informa Europa Press, «el SEPE ha solicitado financiación, a través de una transferencia de crédito adicional», para la prestación económica por cese de actividad de los trabajadores autónomos, por un importe de 936.251 euros, y para cubrir las cuotas, subvenciones y bonificaciones de la Seguridad Social de este colectivo que reciben el cese de actividad, por un importe de 686.783 euros». Estas cifras suman un total de 1,62 millones.
Según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, hasta el momento, este cese de actividad ha supuesto un gasto de 6,57 millones de euros para el SEPE, mientras que la previsión a principios de año era de 5,65 millones. Lo mismo sucede con las cuotas y subvenciones, cuya previsión era de medio millón de euros y ahora se estima un gasto total de 1,18 millones de euros.
¿Qué es el cese de actividad de los autónomos?
El cese de actividad de los autónomos implica el fin definitivo de su actividad. Para que esto sea efectivo, el trabajador por cuenta propia no puede emitir ni recibir facturas, no debe llevar a cabo operaciones contables y debe cumplir con las obligaciones tributarias periódicas, excepto aquellas relacionadas con el periodo de actividad previo al cese, como la declaración de la Renta del ejercicio económico anterior.
Según el Instituto Nacional de la Seguridad Social, «el cese de actividad comprende el pago de una ayuda mensual por cese de actividad y la cotización a la Seguridad Social por contingencias comunes».
¿Cuándo se puede solicitar el cese de actividad de los trabajadores por cuenta propia?
La Seguridad Social explica que se puede solicitar hasta el último día del mes siguiente a la fecha en que ocurrió el cese. Argumentan que el derecho a la prestación comienza desde el primer día del mes siguiente «al que tuvo lugar el hecho causante del cese, siempre que se solicite dentro del plazo establecido».
En resumen, el cese de actividad es una medida de protección económica para los autónomos que finalizan su actividad laboral. Aunque no equipara a la prestación por desempleo de los trabajadores por cuenta ajena, estas ayudas buscan mitigar las consecuencias financieras de la finalización de un negocio propio. El gobierno destina recursos para garantizar esta prestación y asegurar un apoyo económico a los autónomos en esta situación.